sábado, 19 de diciembre de 2015

LA EXPERIENCIA DEL BANCO DE TIEMPO DE TENERIFE Y SU MONEDA, EL TEMPUS (Colaboración de Alberto de Armas)

El Banco de Tiempo de Tenerife nació a principios de 2010, contando con 
el apoyo de Cemigras Las Palmas, un centro de estudios e iniciativas que 
promovía la integración de inmigrantes y puso en marcha el primer
 banco de tiempo canario, inicialmente orientado a mujeres. 
Gracias a los contactos mantenidos, un conjunto de unas 25 personas
 del entramado asociativo tinerfeño, algunas que habían trabajado
 previamente en iniciativas de LETS en los años 90, y otras que conocían 
las experiencias de las Jornadas de la Asociación Salud y Familia en
 Barcelona, decidieron poner en marcha esta iniciativa inicialmente 
en el ámbito del Área Metropolitana Santa Cruz-Laguna y alrededores.

Actualmente formamos parte de este proyecto 431 personas 
(unas 235 activas) y 10 asociaciones. Mensualmente intercambiamos
 productos y servicios por un valor equivalente de unos 15.000 euros,
 pero lo hacemos con nuestra propia unidad contable: el tempus,
 que equivale a una décima parte de la hora.

Los componentes somos muy diversos, de edades entre 18 y casi
 80 años, aproximadamente un 65% de las personas asociadas son mujeres
 y un 35% hombres. Un 37% son naturales de Tenerife, 10% del resto
 de Canarias, 16% peninsulares, y el 37% restante de 
nacionalidad extranjera, mayoritariamente latinoamericanas, pero también
 muchas europeas, y otras africanas, asiáticas… 
en conjunto, de más de 20 nacionalidades.

¿Cómo hemos llegado hasta aquí?

Al principio fue difícil, éramos pocos, sin costumbre de trabajar juntos,
 sin mucha experiencia en esto, sin unas reglas claras, y casi no disponíamos
 de medios. Empleábamos centros públicos como espacio de encuentro, en
 los que organizábamos reuniones de conocimiento mutuo, alguna fiesta,
 evento, charla…, pero le poníamos tesón.  El segundo año nos prestaron 
un local amplio que nos ayudó a organizarnos mejor, allí comenzamos con
 diversas actividades, entre otras, ferias de muestras, cursos y talleres... 
Ya nos íbamos organizando, pero la sobrecarga de trabajo era grande y no 
había continuidad en el trabajo.

El tercer año la Caixa se quedó con el local que nos habían cedido y tuvimos
 que irnos. Ben Magec, una asociación ecologista canaria, nos acogió.
 En esta fase crecimos, empezamos a organizar mercadillos, estructuramos
 mejor el equipo y comenzamos a sostener mediante crédito de la propia
 asociación una estructura de gestión, mediante servicios ordinarios y 
extraordinarios al colectivo. Al final de ese periodo se puso en marcha la
 página web y comenzamos a emplear la red Cyclos.


2014 y lo que va de 2015 ha sido un periodo de gran dinamismo y crecimiento.
Ahora disponemos de un nuevo local compartido en un antiguo instituto
 en La Laguna, perteneciente al Ayuntamiento de dicha ciudad, que hoy
 es sede de muchas asociaciones. Actualmente el Banco de Tiempo se extiende
 creando grupos locales en otras zonas de la isla, establece relaciones de 
cooperación con otros bancos de tiempo y monedas sociales, como el
 Orué de Valencia, y se ha involucrado en la red internacional HourWorld,
 si bien todavía no se han realizado intercambios en ese sentido.



La siguiente gráfica refleja la evolución de los intercambios a lo largo 
de los años (contado en horas).




Inicialmente se intercambiaban sobre todo servicios personales (clases, 
masajes, asesoramiento informático, peluquería, cuidados y atención personal, 
gestiones, etc.). Actualmente se ha diversificado mucho la oferta y la demanda,
 contándose con muchos productos (productos de huerta, elaborados, comida
 preparada, intercambio de todo tipo de bienes –incluso un piano, televisiones,
 ordenadores, etc.),  y servicios (por ejemplo alquileres de pisos de forma fija, 
mediante contratos en precario, o de casas o apartamentos para
 vacaciones, albañilería, servicios médicos, abogados, arquitectos, etc.).

El modelo se basa en contra-prestaciones persona a persona o 
persona-colectivo. Ahora estamos estudiando desarrollar otras fórmulas que 
permitan la relación entre personas y asociaciones por un lado, con empresas,
 profesionales, comerciantes, por otra, pero esto debemos hacerlo atendiendo
 a los requerimientos legales y de una manera equilibrada.

También creemos que el colectivo está maduro para abrirnos al trabajo en red
 con otras asociaciones, realizar inversiones en proyectos que beneficien a la
 comunidad, como puede ser un proyecto a nuestro alcance de extensión de
 servicios de salud y atención social, el fomento de circuitos cortos de 
producción y consumo agroecológico, o servicios educativos.

Todo depende de la consciencia acerca de nuestras capacidades y posibilidades,
 y de la confianza que pongamos en el trabajar juntas.


Para contactar con nosotr@s:

Tels: 661 181 235 / 616 629 161 

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